La Ronde des Ombelles responde a una petición expresada por los niños del pueblo. Su deseo de tener acceso a los juegos fue apoyado y transmitido por el municipio. El artista Yves Chaudouët, desde el principio, optó por llevar la palabra de los niños en el sentido de un portador de fuego. Los niños y el proyecto han crecido juntos. Era necesario llegar a ese punto donde el primer deseo pudiera metamorfosearse en los adolescentes en que se estaban convirtiendo, levantar las palabras como ascuas, encontrar una forma poética que combinara el acero y la cerámica luminiscente, el torniquete y el laberinto vegetal, etc. La Ronde des Ombelles nunca se ha desviado del primer sueño. Ahora es una obra de arte en siete módulos repartidos en un círculo de 140 metros de diámetro.