Una galería de madera dura parece proteger el Ciron, este río con colores de arena y óxido. La luz filtrada revela la frondosa vegetación de las riberas. La impresionante tranquilidad del lugar se ve a veces rota por el canto de los pájaros o por el vuelo de las libélulas que cazan entre los juncos. Desde Villandraut se ofrecen muchas posibilidades para descubrir el valle a pie, en bicicleta o en canoa.
Patrimonio natural