En medio del bosque, los edificios de La Solitude nos recuerdan el papel del sacerdote Pierre Bienvenu Noailles, fundador de la congregación de la Sagrada Familia, en Burdeos en los años 1830-50. La fachada es de gran rigor arquitectónico con sus líneas rectas. La fachada oeste expresa armonía a través de un juego de líneas al nivel de los techos.
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